Susi Caramelo: "Soy pibonéxica: creo que estoy más buena de lo que estoy"

Susi Caramelo: "Soy pibonéxica: creo que estoy más buena de lo que estoy"

La entrevista final
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SUSI CARAMELO. Hospitalet de Llobregat, 1980. La cómica del momento ha entrado en el mundo televisivo como un torbellino. Tras liarla en alfombras rojas y photocalls con Las que faltaban, tendrá su propio programa en #0 de Movistar+: Caramelo.Susi Caramelo: Susi Caramelo:

Hace apenas un año debutabas como reportera en 'Las que faltaban' y ahora estrenas programa en solitario con tu nombre en el título. ¿Qué ha pasado aquí?
Es verdad, ha ido rapidísimo. He tenido mucha suerte, pero detrás hay muchísimo trabajo durante muchos años. No ha sido llegar y besar el santo.
¿Cómo empezaste en la comedia?
Dejé el instituto en 2º de BUP porque lo mío no eran los estudios, pero desde niña era muy creativa y muy payasa. El arte y el teatro siempre fueron lo mío y estudié interpretación en Barcelona. En el instituto, un compañero de clase me propuso hacer un diálogo de humor en un bar y debí estar muy graciosa porque vino mucha gente a verme. Siempre he tenido mucho poder de convocatoria y ahí empecé con el stand up. Desde entonces llevo currándomelo. Descubrí que, lo que empezó siendo una tontería y un hobby, era mi vocación. Tuve una suerte enorme, porque tengo amigos de mi edad que aún no han descubierto lo que les gusta hacer en la vida. Eso es triste.
Tras tantos años en el mundillo, la fama te ha llegado casi con 40. ¿Mejor o una lástima?
Mejor para la salud. Soy una tía de barrio que estaba muy loca. He tenido mi época de descerebrada, de ser una nini, no estudiar ni trabajar, estar todo el día vagueando y sólo querer salir de fiesta. Siempre me he rodeado de gente bastante macarra y muchos de mi entorno de jovencita han acabado muy mal. Si me pilla la fama en ese momento... No me lo quiero ni imaginar, porque mi camino aún no estaba hecho: me faltaba mucho por descubrir, por aprender, por probar... Si tu personalidad no está formada y te encuentras de golpe con mucha fama y mucho dinero, puedes acabar de cualquier manera. Me alegro de que esto me coja con casi 40, que ya no hago el tonto y, aunque parezca muy loca, soy bastante prudente. Soy una tía responsable dentro de mi locura.
Otro ejemplo habitual es el de los futbolistas.
¿Se pierden? Pero si les hacen muchas pruebas de drogas... Fíjate que yo a los futbolistas les veo como viejos prematuros. Cómo tienen mucho dinero, les da igual casarse muy jóvenes y tener cuatro hijos como veintitantos. Siempre he pensado que no disfrutan nada la juventud. Aunque, claro, con 30 están forrados, jubilados, posiblemente divorciados y con toda la vida por delante. ¡Quién pillara un futbolista! (risas).
Me disfrazo de machirulo durante tres preguntas: "Las tías no sois graciosas".
Qué clásico, no sé cuántas miles de veces lo habré escuchado, aunque a mí no me lo han dicho casi nunca porque yo he sido muy graciosa desde pequeña. Y mi madre y mi abuela más. Va en los genes. Esa mentira es un tópico más de esta sociedad machista en la que vivimos. Nos tienen miedo a las mujeres. Tiene que ser eso, porque no se me ocurre otro motivo para decir estas tonterías.
Sigo: "La que montarían las feministas si esas entrevistas que tú haces, piropeando a hombres, las hiciera un tío"
¡Joder, pero es que lo han hecho! Pero si es que lleváis haciéndolo toda la vida y no ha pasado nada, lo que les choca es que venga una tía a hacerlo. Me hace mucha gracia cada vez que leo ese comentario sobre mis reportajes. ¿Qué me están contando? A mi me resbala, pero demuestra todo lo que queda por hacer para llegar a la igualdad real.
La última: "Enseñaste las tetas en pleno reportaje para que hablaran de ti".
¡Free the nipple! (risas). No lo hice por eso, pero sí que hablan, sí. Que algo así se convierta en noticia... Me da igual, porque yo sé que soy mucho más que unas tetas bonitas. Estoy muy preparada, he trabajado durante años, hago stand up, escribo, actúo, presento, se me da bien hacer de reportera... Si fuera sólo por las tetas, no tendría todo el trabajo que tengo. Por suerte, la gente normal no se queda sólo con eso, se queda con la esencia. Aquel momento fue improvisado, estaban todas las invitadas con unos escotes imposibles y me hizo gracia la ida de olla. Como no tengo vergüenza y creo que tengo unas tetas muy bonitas, mejor enseñarlas ahora que cuando las tenga como la vieja de Algo pasa con Mary. Así que me las saqué. No fue gratuito y no le doy mayor importancia, pero vivimos en un país donde la gente ve una teta y se pone nerviosa. Cuando yo veo esa imagen me veo muy bien y estoy muy agradecida a la naturaleza (risas).
Vuelvo a ser yo mismo. Te defines como 'pibonéxica'. Desarrolla el concepto, por favor.
Pibonexia es creerte que estás más buena de lo que estás y yo lo creo. Estoy convencida de que es el trastorno del siglo XXI y yo soy la paciente cero. No sé si es culpa de los filtros de Instagram, pero la gente está de un subido que no puede ser. Pero se vive mejor así, es un trastorno cojonudo. Ojalá todo el mundo fuera pibonéxico. Yo empecé a darme cuenta cuando iba al Zara a comprarme ropa y no sabía qué elegir porque todo me quedaba bien. Llegué a pensar que igual me veía mejor de lo que estoy, pero decidí que no y le puse nombre. No hay medicación para esto ni quiero que la haya. ¡Viva la pibonexia! Hay que quererse.
Funciona, porque te ligaste a tu ex novio (el actor Israel Rodríguez) entrevistándole en un 'photocall'. Lo contaste y ahora has contado que habéis roto. ¿Te divierte exponer tu vida privada?
Me hace gracia. Le damos demasiada importancia a estas cosas. Veo a mucha gente famosa que se esconde, y lo respeto, pero no es mi caso. Yo soy una tía muy natural y, lo mismo que un día dije que me había ligado a este tío, ahora digo que ya no estoy con él. No pasa nada y ahora a lo siguiente. Me vais a ver con muchos tíos más. Llevo las relaciones de forma muy natural, siempre lo he hecho así y no voy a esconderme. Eso no va conmigo. No tengo que darle explicaciones a nadie y, además, evitas que te persigan, que eso sí que me daría paranoia. Deja, deja, ya os lo cuento yo.
En esa desvergüenza, al menos aparente, que manejas, ¿nadie te ha impresionado?
Sí, en mi primer reportaje me puso muy nerviosa que apareciera Hugo Silva. No soy mitómana, aunque siempre hay gente que admiras mucho y... La persona que más me impactó fue Pedro Almodóvar. Me intimidó porque me hacía mucha ilusión. Hombre, y si Paul Newman estuviera vivo, eso sí me pondría nerviosísima. Pero intento llevarlo de forma natural. No entiendo el fenómeno fan de pensar que ciertas personas están por encima de ti. Son seres humanos que cagan todos los días como tú y como yo, pero que han tenido mucha suerte en la vida. Nada más.
El programa trata de que vayas cumpliendo sueños pendientes. ¿Te quedan muchos?
Un montón, tengo una lista loquísima de deseos que no la acabo ni de coña en una temporada. Esperemos que el programa vaya bien y me den al menos una segunda. No quiero hacer spoilers de cuentas pendientes, por si acaso, pero te voy a decir un par: trabajar con Almodóvar y lanzar una línea de ropa de pibonéxica. Esto segundo no es inviable...

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