A algunos, la pandemia les ha ayudado a encontrar su estilo.

A algunos, la pandemia les ha ayudado a encontrar su estilo.

La frase «top corto” no estaba en el vocabulario de Laken Brooks antes de marzo de 2020. Sin embargo, los meses de trabajo desde casa al comienzo de la pandemia le dieron al Ph.D. de 27 años. candidata la oportunidad de reevaluar sus opciones de moda.

Entonces, cuando se presentó la oportunidad de tener una camiseta recortada, de manga corta y gris carbón con imágenes de flores silvestres en el pecho, la tomó. Si bien para muchas personas, el estilo ha sido, en el mejor de los casos, una preocupación secundaria durante la pandemia, algunos, como Brooks, encontraron su estilo personal.

Antes de pandemiaBrooks vestía principalmente ropa informal de negocios para enseñar a sus alumnos en la Universidad de Florida en Gainesville. Un par de semanas después de trabajar desde casa, decidió salir de su zona de confort y ordenó un par de mallas, habiéndolas renunciado previamente para que no se consideraran demasiado poco profesionales.

Se dio cuenta de que no se sentía segura con su ropa de la vida anterior al confinamiento. Brooks tiene problemas de salud que provocan una hinchazón intensa, pero usaba ropa que le resultaba incómoda para parecer profesional.

“Solo estaba tratando de ignorar lo que estaba usando y concentrarme en mi trabajo”, dijo.

Mientras las polainas estaban cómodo para enseñar desde su escritorio en casa, también fueron un paso significativo en su viaje de estilo. Este acto aparentemente pequeño “me hizo sentir cómodo en mi cuerpo por primera vez”, dijo Brooks.

Estilo en soledad

Para muchos, el aislamiento de los primeros pandemia días significaba que no había razón para vestirse. Usar pantalones deportivos todos los días de 2020 se convirtió en un tropo de las redes sociales, y abundaron los artículos sobre cómo la pandemia arruinó el estilo. Pero esa soledad es lo que ayudó a algunas personas a liberarse del ruido que alguna vez influyó en sus decisiones de estilo.

Vestirse durante la pandemia también fue una forma de control, y vestirse hizo que la gente se sintiera mejor, dijo Lillian Gray Charles, estilista personal en Atlanta.

“Teníamos menos opciones sobre adónde podíamos ir, dónde podíamos visitar a la gente, viaje era mucho más limitado”, dijo Charles. “Algo sobre lo que sí teníamos control es lo que ponemos en nuestros cuerpos”. Los clientes le enviaban correos electrónicos para compartir que quitarse los pantalones de yoga y ponerse algo más combinado les levantaría el ánimo.

A algunos, la pandemia les ha ayudado a encontrar su estilo.

Alicia Kennedy en San Juan, Puerto Rico (Fuente: New York Times)

Con las estructuras de la vida previa a la pandemia eliminadas para Amelia Crook, una madre de dos hijos de 43 años, se sintió obligada a redescubrir su estilo poco más de un año después de la primera aparición significativa. aislamiento. Con experiencia profesional en tecnología y afinidad por los poderes de conexión de TikTok, Crook, que vive en Kyneton, Australia, publicó su primer video en mayo de 2021. Era una súplica: “Hola, soy Amelia, tengo 42 años. y he extraviado mi estilo personal. Y necesito que me ayudes a encontrarlo.

“Anteriormente compraba ropa para encajar”, ​​dijo Crook en un Zoom entrevista. “Esa fue una gran revelación para mí. Era como, tengo mi guardarropa de trabajo, tengo el guardarropa de mi mamá, y estas son las cosas aceptables para usar”. Si bien no necesariamente le desagradaba su ropa antes de la pandemia, se dio cuenta de que se estaba vistiendo para los demás.

Con la ayuda de sus 127.000 seguidores, Crook pulió su estilo en uno que ella describe como «estructurado con fantasía femenina». En sus videos, Crook se prueba conjuntos compuestos por prendas de su armario y nuevas compras (le gusta ropa de segunda mano de tiendas como Depop) y prueba maquillaje y joyas mientras recibe comentarios de sus seguidores.

Cuando Crook salió con su nueva ropa, fue con una mejor idea de qué ropa la hace sentir bien.

“Tengo una visión más refinada de cómo quiero mostrarme en el mundo”, dijo.

vestirse para la alegria

La búsqueda de un impulso en el estado de ánimo es la razón por la que Sara Camposarcone, de 25 años, abrazó su inclinación por la moda maximalista. Antes de la pandemia, trabajaba en un puesto de ventas en una empresa de tecnología en Toronto, donde se vestía con ropa de oficina tradicional y no podía mostrar sus habilidades creativas a través del estilo.

Agotador pijama cada día al inicio de la pandemia entristecía a Camposarcone, por lo que decidió inclinarse por una estética exagerada aunque se quedara quieta. Antes de la pandemia, su ropa era mayormente negra y su estilo se enfocaba en las tendencias, dijo.

Ahora usa colores vibrantes, capas y texturas. Uno de sus conjuntos favoritos, por ejemplo, es un conjunto de traje amarillo con pantalones cortos. Lo lleva con una blusa con estampado de cachorros y un chaleco a juego sobre el chaqueta de sport.

“Luego también tenía un bolso que hacía juego con el estampado de cachorros. Era un aspecto de cachorro completo. Me sentí genial”, dijo Camposarcone. “Probablemente volvería a usar ese atuendo un millón de veces más porque era demasiado bueno”. Compra muchos artículos de segunda mano y se describe a sí misma como una maximalista sostenible.

Laken Brooks posa cerca de su casa en Gainesville. (Fuente: New York Times)

Camposarcone comparte sus atuendos en TikTok. Si bien algunos de los comentarios pueden ser poco amables, ella los ignora porque sus atuendos le traen alegría.

“Es realmente lo que más ansío cada día”, dijo. “Me gusta planear mi atuendo a veces la noche anterior, e incluso con solo armarlo, la emoción que siento al hacerlo es inigualable”.

Vestirse para la cámara

No todo fueron blusas para cachorros y carteras para gatitos cuando se trataba de encontrar estilo durante la pandemia. Para algunos, fue tan simple como simplificar su estilo. Alicia Kennedy, de 36 años, escritora gastronómica que vive en San Juan, Puerto Rico, se sintió más visible que nunca cuando se desató la pandemia. En lugar de llamadas telefónicas, la gente de repente quería reunirse en Zoom. También era nueva en San Juan y quería crear una identidad visual para sí misma. Comenzó a invertir en piezas de diseñadores sostenibles como Mara Hoffman y marcas puertorriqueñas como Luca y Muns.

El estilo de Kennedy evolucionó de botas gruesas y blusas cortas a camisas blancas con botones y pantalones cortos de ciclista como su uniforme de trabajo desde casa. Cuando no lleva puesto eso, es probable que la encuentren con un vestido lencero o con una blusa ondulada.

“He llegado a estar más interesado en siluetas realmente simples y cosas que son realmente adaptables”, dijo Kennedy.

Cuando el mundo se sentía caótico, Kennedy encontró estructura en sus atuendos incluso cuando trabajaba desde casa.

“Solo la idea de que aún necesitaba levantarme todos los días, aún necesitaba trabajar, incluso si todo era impredecible y extraño, significaba que necesitaba más identidad a través de lo que vestía”, dijo. “Además, es un momento fácil para volverse absolutamente descuidado. Así que fue una especie de elección consciente simplemente no hacer eso”.

Para Camposarcone, experimentar con la moda durante la pandemia la llevó a una nueva carrera. Recientemente comenzó a trabajar en marketing en Cakeworthy, una empresa de ropa.

Para Brooks, abrazar su nuevo look le dio una nueva apreciación de su cuerpo.

“Ahora que puedo probar estos diferentes atuendos, y especialmente usar blusas cortas, me di cuenta de que realmente me gusta mi botín”, dijo. “Me hace sentir mucho más seguro de mí mismo”.

Por supuesto, el sentido del estilo de uno puede ser un trabajo en progreso, dijo Crook, y la búsqueda nunca termina realmente. Ella es una persona diferente en muchos sentidos ahora de lo que era hace cinco años.

“Mis hijos son mayores. Ya no hago eructar a los bebés”, dijo. “Así que es una evolución. Algo que continuará, y estoy dispuesto a eso”.

(Este artículo apareció originalmente en The New York Times).

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