«No sé si podré dar el pecho a mi bebé por la urticaria por presión»

«No sé si podré dar el pecho a mi bebé por la urticaria por presión»

Ni siquiera los que han tenido alguna vez un brote de urticaria pueden hacerse una idea de lo que es convivir con una urticaria crónica espontánea o por presión a diario, enfermedades autoinmunes de origen desconocido que causan habones y angioedemas. Diana Diéguez lleva diez años sufriendo ambas patologías. Y es frustrante. «Si cojo peso con las manos se me inflaman, si bato un huevo también. Y tengo que llevar tres pares de zapatos en el coche, a cada cual más ancho, para ir cambiándome a lo largo del día por la presión. Hay jornadas que me despierto con un ojo y el labio hinchado... es desesperante. Te limita en tu vida diaria y te mina psicológicamente».«No sé si podré dar el pecho a mi bebé por la urticaria por presión» «No sé si podré dar el pecho a mi bebé por la urticaria por presión»

Tras varias visitas a urgencias y a dermatólogos, y muchas, muchas noches sin dormir por los picores y el dolor, en 2011 le diagnosticaron que sufría ambas enfermedades. «Lo asocié al trabajo, así que cambié de vida, de alimentación, de ropa, pero nada... mi cuerpo genera histamina como mecanismo de defensa».

Gracias al tratamiento, Diana ya no sufre tanto esos habones ni angioedemas, «pero he subido mucho de peso, cuatro o cinco kilos» por cada dosis de tratamiento. Aunque sería mejor decir que ya no los sufría, porque Diana, que quería ser madre desde hace un tiempo, ha estado retrasando su ilusión, hasta hace un año. «Hablé con mi médico y me recomendó estar unos meses sin el medicamento y cuando creí que ya no aguantaba más, justo el día previo a ir a consulta, salió que estaba embarazada. El miércoles, por cierto, salía de cuentas. «He pasado días peores y otros medianamente decentes. Los brotes espontáneos me salen una vez por semana en el tercer trimestre, en el primero eran diarios, pero la inflamación por presión es siempre. Como he subido de peso por el embarazo noto más presión en los pies, y esta modalidad de urticaria la tengo en todos los lados del cuerpo».

«Mi intención es dar el pecho a mi bebé, pero sé que por la urticaria por presión se me van a inflamar los pezones, y no sé si voy a poder, pero lo quiero intentar. Si no puedo le daré el biberón y después empezaré con el tratamiento», explica Diana a «La ventana del paciente», sección impulsada por Novartis.

«No sé si podré dar el pecho a mi bebé por la urticaria por presión»

Pero, ¿es necesario quitar el tratamiento farmacológico a las gestantes o durante la lactancia? «No es que esté mal suspendido, es criterio del médico que la lleva, pero se puede utilizar el fármaco que la paciente emplea según la información científica disponible que hay, sobre todo si la urticaria es muy molesta y sintomática», explica el Dr. Jorge Spertino, dermatólogo adjunto del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, en Barcelona.

El doctor hace hincapié en que «la urticaria crónica espontánea no es una enfermedad alérgica. Entre el 40 y el 50% de los casos es autoinmune, y en el resto es idiopática, es decir por causas desconocidas». Y es que «no hay un solo tipo de urticaria. Si bien el subtipo alérgico existe, se presenta de forma muy infrecuente y los síntomas no suelen durar más de 72 horas. En cambio, por definición, la urticaria crónica requiere síntomas diarios durante al menos seis semanas», precisa el Dr. Spertino.

La clínica «son habones que los pacientes llaman habitualmente ronchas y angioedema que se suele presentar como hinchazón de párpados o labios. Los primeros duran menos de 24 horas en un mismo sitio y el segundo 24 horas o más. Esta enfermedad afecta al 0,6% de la población y el perfil del paciente es una persona de entre 20 y 40 años, de edad promedio, y sobre todo mujer, ya que esta enfermedad tiene el doble de prevalencia en ellas que en hombres. Además, lo habitual es que esta patología dure entre uno y cinco años, aunque al 5-10% de los pacientes les dura más de diez años, pero eso es poco habitual. La mayoría de las veces desaparece», detalla el dermatólogo.

«En el caso de la urticaria por presión –prosigue–, no hay datos concretos de prevalencia. Pero como entre el 20 y 30% de las pacientes con urticaria crónica espontánea tiene asociada la de por presión, se podría estimar que afecta al 0,15% de la población española. Y en este caso, los pacientes suelen tener esta enfermedad entre seis y nueve años». Los síntomas son hinchazones «y habones por la presión de la goma del calcetín, en las manos al coger peso, en la planta de los pies al caminar, etcétera», precisa el Dr. Spertino, que «recomienda a los pacientes que no tomen antiinflamatorios no esteroideos si tienen urticaria porque puede empeorar los síntomas». Y lanza un mensaje de esperanza: «En la mayoría de los pacientes se consigue un buen control de la sintomatología».

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