Cinco argumentos para ser feminista sin renunciar a la moda

Cinco argumentos para ser feminista sin renunciar a la moda

8-M Día de la mujer

La industria ha impulsado el empoderamiento de la mujer al tiempo que lo ha convertido en objeto comercial

Huelga feminista del 8 de marzo: Manifestaciones en Barcelona, Madrid, etc., en directo

Margarita PuigBarcelona

Sí. También la moda ha hecho mucho por el feminismo. Y desde su más alta jerarquía ha impulsado movimientos que han inspirado con fuerza a muchas mujeres “reales”. Pero hay quien duda de la honestidad de tanto mensaje feminista que es objeto de una comercialización cada vez más acelerada, tanto a manos de firmas de lujo como low cost. Por un lado es perfecto, puesto que se impulsa esta igualdad y empoderamiento de la mujer, pero por otro se está mercantilizando su mensaje de forma… ¿excesiva?

¿Es eso faltar a sus principios? ¿Se ha convertido al final el feminismo en una herramienta más de marketing?, se pregunta la psicóloga Montserrat Ribot, que dice que sí. Que en la industria de la moda es genérico y lícito lo de aprovechar el mensaje para su objetivo: vender más. Pero eso no significa que cada mujer no pueda utilizar esas herramientas en su beneficio. Recuerda que Coco Chanel, sin declararse nunca feminista, ayudó y mucho en la revolución de la mujer. Las apoyó, a su modo, “pensando siempre en la funcionalidad de sus prendas”. Y, de alguna manera, las ayudó a empoderarse para sentirse “compradoras” y no “objeto”.

Sea como sea, lo que está claro es que el women power está más vivo que nunca. Al tiempo que modelos, actrices y mujeres de todos los sectores comenzaron a salir a denunciar los actos de machismo sufridos durante su carrera, la industria y sus firmas se sumaron al tirón. Conjugando frases y filosofías que, a pesar de la polémica que puedan levantar entre quienes consideran que feminismo y moda son incompatibles, tienen mucha fuerza.

Dior dice

We should be feminist

La frase la impulsó Maria Grazia Chiuri para convertirse en todo un slogan de moda declaradamente feminista. La diseñadora de Dior, la primera en toda la historia de la marca que por mucho tiempo solo vistió a mujeres, lo dejó muy claro en el primero de sus desfiles. Al aterrizar en 2016 presentó una colección en la que destacó un vestido transparente que muchas actrices después llevaron al papel couché de todo el mundo. Pero lo que más gustó fue su mensaje inscrito en sencillas camisetas de algodón. PoníaWe should be feminist . Se imponía como eslogan del tsunami que difícilmente podrá retenerse.

El ejemplo lo siguió también Victoria Beckham, otra mujer fuerte con una firma propia que ha hecho del traje masculino su principal aliado. Siempre lo ha dicho. “Desde mi primer día y mi primera colección solo he buscado dar poder a las mujeres”.

Y ahora, otra mujer empoderada acaba de coger las riendas de otra gran firma para darle un giro. Es Louise Trotter que acaba de aterrizar en Lacoste (también históricamente dirigida por hombres) con un desfile impecable. En un club de tenis de París, atendiendo a los códigos de la marca pero sin renunciar a los suyos, el martes demostró que la firma del cocodrilo también se suma a este empoderamiento de la mujer.

De momento ha decidido que los trajes masculinos son para todos. Para ellos y para ellas. Y también que las faldas, que presenta extra largas, igualmente pueden ser para ellos, los hombres de esta nueva generación que no entiende de géneros.

Antes que todas ellas ya había dado su visión plenamente feminista (y culta) otro nombre imprescindible en el mundo de la moda Se trata de Miuccia Prada, la diseñadora italiana que ya en su colección de primavera-verano de 2014 llenó de rostros femeninos sus prendas.

Lagerfeld sigue

Ladies first, History is her Story

Esas fueron algunas de las frases de las pancartas que Karl Lagerfeld, que acaba de recibir su último homenaje en la presentación de la que también fue su última colección para Chanel en la Semana de la moda de París, ya hizo levantar en su desfile más declaradamente feminista. El de primavera/verano 2015 con Gisele Bündchen y Cara Delevingne aclamando Ladies first y History is her Story a través de un megáfono. Con esa metafórica protesta, Lagerfeld recogía el espíritu de Coco Chanel, creadora de la marca que el llorado diseñador levantó de sus cenizas cuando asumió las riendas en 1983.

Tallas grandes

Revolución ‘curvy’ y ‘body positive’

Visibilizar lo que por décadas fue ocultado es el objetivo de este movimiento surgido de la mano de las mujeres que no quieren renunciar a la moda a pesar de no entrar en los supuestos cánones de perfección. Los cambios en el sector han ayudado a hacer entender que la orientación sexual, el sobrepeso, el acné o las estrías son humanas. Que no hay que tapar nada de eso. En definitiva, que lo normal no está excluido del mundo de la moda donde ahora es cada vez más habitual la inclusión de modelos de tallas grandes. O con vitíligo como Winnie Harlow. Con prótesis como Chiaria Bordi… “La moda ofrece más opciones que nunca, seas una mujer masculinizada, más delgada o con más curvas… todo esto favorece la libertad de la mujer”, explica Ribot que realza esa idea de que “la mujer es la que tiene que decidir si es compradora o producto”. Tiene que defender su poder de elección. De saber escoger.

También se han alzado las voces de quienes consideran que no se ha tenido nunca en cuenta su color de piel. Para ellas, Rihanna lanzó una colección cosmética que abarcaba todos los tonos. La cantante de Barbados también tiene su propia línea de lencería que, por supuesto, tiene en cuenta a todas las tallas. Las supuestamente convencionales y también las grandes. O extra grandes.

Espacio para todas

Tallas para bajitas y delgadas

Nos alejamos de la gordofobia tras la revolución curvy pero ya hay quien se queja de otro asunto que para las que no tienen curvas no es menor. ¿Y qué hay de las flacas? Sí, también ellas defienden su derecho a participar en este mundo de empoderamiento femenino en la que a veces ser demasiado delgada también ha tenido castigo. Si en los años 60 Twiggy consiguió su espacio en un mundo en que gobernaban las modelos a partir de la talla cuarenta, ahora quienes se sienten estigmatizadas por su supuesta falta de peso se defienden a través de movimientos como #delgadofobia. También las bajitas, hartas de tener que comprarse ropa en los departamentos infantiles, han alzado su voz. En pleno siglo XXI tendría que ser más fácil que haya ropa para todas.

Para las hippies

Libera tu pezón

Las modelos más aplaudidas del momento liberan un movimiento singular. Casi siguiendo la famosa quema de sujetadores el feminismo de los años 60 (que al final no se produjo porque fue prohibida), ahora las hermanas Hadid y Kendall Jenner han decidido no usar esa prenda. Transparentándose en las camisetas de algodón de día, y obviado por completo en sus estilismos de noche, se sienten más libres así. Sin esconder sus pezones.

Esa actitud, que por supuesto ha servido de ejemplo y ha uniformado a la multitud que las siguen en las redes, ha hecho despertar incluso el debate de si es bueno o malo no usar los sujetadores, que tampoco están ya en los armarios de Miley Cyrus, Kate Moss o Jennifer Aniston. Igual que Molly Borman, creadora de la página web Just Nips donde vende pezones falsos para ayudar a toda mujer que ha superado un cáncer de mama. O las comunidades trans. Las que no llevan sujetador, tras sufrir la censura en Instagram impulsaron la iniciativa #Freethenipple. Ahí defienden que llevar o no sujetador, al igual que amamantar en público, es algo personal. Nada que pueda prohibirse o taparse en las redes.

Para las compradoras

Feminismo chic

Los profesores de Filosofía Josep Artés y Miquel Martínez, consideran que hay que ir con tiento. ¿Son los mensajes feministas de las prendas de ropa multinacionales una muestra de la capacidad del capitalismo para neutralizar a los movimientos sociales?”, se preguntaban recientemente en un ensayo que analizaba este tema. Tendrá que verse. Hay opiniones para todos los gustos. Pero ese tsunami, el que Dior impulsó con el primer desfile de Maria Grazia Chiuri, sigue avanzando. Algunos han bautizado como #Feminismochic esta abundancia en sumar moda y feminismo que tantos critican.

Montserrat Ribot cree que no hay que caer en trampas. La moda tiene que ser una herramienta en manos de toda mujer (y todo hombre). El tema no es la moda ni su industria. Dice que “es cada una de las mujeres. Estamos en un mundo capitalista, hay que aprovechar lo que ofrece en tu propio beneficio. Ese es el poder de cualquier persona, sea hombre o mujer”. Por eso vuelve una y otra vez a su idea de que la mujer tiene que sentirse “compradora” y no “producto” frente a todo esto, cosa que los hombres saben hacer mucho mejor.

Considera que .“todavía estamos muy lejos”. Porque “todo comienza en casa” y según cuenta su experiencia, ahí no se avanza lo suficiente. “Conozco a demasiadas mujeres que siguen ancladas en el mito romántico. El mito de Blancanieves es fatal. Pero más perverso es el de La Bella y la Bestia, considera Ribot, que dice que “hasta que no dejemos de educar a las mujeres con aquello de ‘con mi amor lo cambiaré’, no habrá avance posible por mucho que se hagan anuncios y moda con mensajes positivos.

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