El futuro según los jóvenes líderes chinos | Ideal

El futuro según los jóvenes líderes chinos | Ideal

ZIGOR ALDAMA

El futuro depende de muchas cosas, pero hay dos que destacan sobre el resto y que nos afectan a todos: el cambio climático, que solo se puede combatir construyendo a toda velocidad un modelo socioeconómico sostenible y descarbonizado, y la revolución que están propiciando nuevas tecnologías como la automatización y la inteligencia artificial, que amenazan hasta el 40% de los empleos.

En todo ello, China va a jugar un papel fundamental: es el país que más contamina del mundo en términos absolutos -un 28% de las emisiones globales- y el segundo que más invierte en I+D, con especial énfasis en liderar sectores como el de la computación cuántica o la movilidad eléctrica. En gran medida, será el joven y dinámico ecosistema de 'startups' del gigante asiático el que proponga soluciones a estos retos. Por eso, la Fundación Consejo España China, impulsada por el Ministerio de Asuntos Exteriores, ha reunido a seis futuros líderes chinos en un encuentro moderado por este periodista.

«Las 'startups' somos clave en la dinamización de la economía china», comenta Zhou Wei, fundador y consejero delegado de la aceleradora Xnode. En su opinión, después de haber superado una primera etapa en la que se limitaba a copiar para aprender, China ha dado un salto cualitativo en innovación y cuenta con dos grandes ventajas frente al resto de países: un mercado interno que pronto será el más grande del planeta, y un talento abundante que, en parte, se ha formado en el extranjero y ahora regresa para desarrollar su carrera profesional en casa.

Por eso, y aunque en ocasiones da la sensación de que China se encierra en sí misma, Zhou prevé que cada vez más empresas chinas sigan los pasos de Huawei o Alibaba y cosechen un éxito global. «Buscan aumentar su cuota de mercado, como en su día hicieron las multinacionales europeas o americanas», sentencia el emprendedor, que pide más colaboración y menos confrontación entre potencias.

Pero a nadie se le escapa una de las particularidades más controvertidas de China. «Es un país regido por un único partido», señala Nelson Wang, doctor en ingeniería eléctrica y fundador de Czar Power, que desarrolla sistemas para cargar coches eléctricos sin utilizar combustibles fósiles. El Gobierno diseña sus planes quinquenales y, aunque el país cuenta con algo parecido a una economía de mercado, con ellos determina las áreas a las que canalizará sus recursos, señalando también en qué dirección debe ir la iniciativa privada. El mejor ejemplo de ello es la movilidad eléctrica, que China lidera a nivel global con asombrosa ventaja.

«A través de incentivos como la exención del impuesto de matriculación, subsidios, y ventajas fiscales, hace que los automóviles eléctricos sean competitivos. Y, a su vez, desincentiva la fabricación de los tradicionales», explica Wang, que también señala una diferencia que separa a China de países como España: «La electricidad es barata y la gasolina, cara».

Como sucedió con los 'smartphones', que fueron un elemento clave en el cambio de percepción que la población occidental tiene de la calidad de los productos chinos, Wang prevé que los vehículos eléctricos chinos tengan una amplia aceptación en todo el mundo: «Tenemos empresas potentes como BYD o NIO. Ahora pierden dinero como hacía Tesla en un inicio, pero el sector tiene el mejor de los futuros». Preguntado por la alternativa del hidrógeno, la tecnología por la que más apuesta España, Wang asegura que «es uno de los grandes candidatos para sustituir a los combustibles fósiles» y cree que convivirá con las baterías. «El hidrógeno ofrece una mayor autonomía y menor tiempo de recarga, pero también es más caro, más peligroso -es explosivo en contacto con el oxígeno- y más difícil de transportar». Puede ser interesante para el transporte de mercancías.

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En cualquier caso, más importante que contar con vehículos limpios es generar de forma sostenible la energía con la que se cargan. Y, en China, el 70% de la que se consume aún procede de centrales térmicas que queman carbón. «El Gobierno se ha comprometido a alcanzar el pico de emisiones en 2030 y la neutralidad de carbón en 2060 -una década después que la Unión Europea-. Para conseguir esos objetivos hacen falta cambios importantes», afirma Cui Bolong, fundador de la consultoría especializada en protección medioambiental y energía Syserise. «No será fácil. Este año, por ejemplo, la mayoría de las provincias han gastado ya sus cuotas de emisión. Esa es una de las razones por las que vemos cortes de luz», señala.

En opinión de Cui, el éxito de la transformación más importante de China depende de la consecución de cuatro grandes objetivos: «Construir una estructura energética 'verde' en la que predominen las energías renovables, aumentar la eficiencia energética de las empresas, innovar en sistemas de captura de carbono y la sensibilización de la población».

Sobre eso último sabe mucho Sissy Chao. Considerada por Forbes una de las 30 personas más prometedoras de menos de 30 años en China, fundó REMake Hub, especializada en el reciclaje de ropa, después de ver todo el material que se desperdiciaba en la fábrica de sus padres, proveedores de marcas tan relevantes como Zara o H&M. En su opinión, y aunque incide en que nadie puede hablar por los 1.400 millones de chinos, la población está mucho más sensibilizada.

Contra la desigualdad

«En las grandes ciudades ya clasificamos las basuras y la gente es más consciente de su huella medioambiental», apunta. Chao confía en que la fuerza del consumidor provoque un cambio de rumbo en las marcas chinas de 'fast fashion', uno de los sectores que más contamina, y que sigan los pasos de sus homólogas occidentales. «En 2013 visitamos Zara y ya entonces nos dijeron que estaban desarrollando la economía circular», recuerda Chao, que también está convencida de que las nuevas tecnologías pueden jugar un papel clave en la sostenibilidad. Por ejemplo, para que el cliente sepa cuál ha sido el recorrido de la prenda que viste, ella utiliza el 'blockchain'.

Richard Tong se mueve en el sector más fascinante y aterrador: el de la inteligencia artificial. Concretamente, en la que se aplica a la educación. En el mundo del futuro que Tong prevé, los coches no vuelan, pero los algoritmos darán clase a 10.000 estudiantes con necesidades muy diferentes de forma simultánea. «La IA personalizará la educación y la hará más interactiva», señala, indicando que, como sucederá también en la sanidad, estos nuevos sistemas ayudarán sobre todo a los más desfavorecidos. «Los ricos pueden enviar a sus hijos a clases particulares, pero en muchas zonas rurales incluso se mezcla a niños de diferentes edades. La IA ofrece el equivalente a una educación exclusiva con una inversión muy baja», comenta.

Y Tong sabe de qué habla, porque, en colaboración con la Universidad de Stanford, ha puesto en marcha un proyecto para formar a 10.000 alumnos de la provincia sureña de Sichuan utilizando la inteligencia artificial en una parte de ellos, para comparar los resultados con los de la educación tradicional. «Los resultados preliminares ya muestran que es la salvación para quienes tienen menos acceso a la educación», declara.

«No se trata de eliminar a profesores o a médicos, sino de evitarles los trabajos más tediosos para que se puedan centrar en proporcionar un mejor servicio en menos tiempo», añade, antes de recordar que «en todas las revoluciones tecnológicas se ha destruido empleo» y que «no se puede hacer nada contra ello, porque es la forma en la que se desarrolla la tecnología».

Lo que sí se puede mejorar es la calidad de vida de las ciudades, que han explotado tras el mayor proceso de migración rural de la historia. Pero, en opinión de Jiang Jun, fundador de Urban China Magazine, «se han desarrollado con un modelo de urbanismo que no es sostenible y que debe cambiar» para que sean más inclusivas, sostenibles, y amables para el ser humano, que debe estar siempre en el centro de las revoluciones que se avecinan.

Al frente de las nuevas tecnologías

Richard Tong

«Los algoritmos podrán dar clase de forma individualizada a 10.000 alumnos a la vez»

Director general de Squirrel AI, es uno de los principales defensores de la estandarización global para tecnologías de aprendizaje y de inteligencia artificial.

Cui Bolong

«No será fácil alcanzar los objetivos de emisiones. Muchas provincias ya han superado las de todo el año»

Fundador de Syserise Energy, se dedica a las labores de consultoría en los sectores de la energía y protección medioambiental. Se ha propuesto limpiar el lago Taihu en su Wuxi natal.

Nelson Wang

«El hidrógeno es uno de los grandes candidatos para sustituir a los combustibles fósiles»

Fundador de Czar Power junto a investigadores del MIT y del Instituto General Motors, desarrolla tecnologías para cargar vehículos eléctricos sin usar combustibles fósiles.

Sissy Chao

«La concienciación de la población puede empujar a las marcas hacia la sostenibilidad»

Fundadora de REMake Hub, una 'startup' con sede en Shanghái especializada en el reciclaje de ropa que utiliza tecnología de última generación para reducir los residuos.

Zhou Wei

«Cada vez veremos más empresas chinas con éxito global, porque buscan ganar cuota de mercado»

Fundador de Xnode, una empresa especializada en la aceleración de 'startups' y alquiler de espacios a emprendedores en colaboración con Tech-crunch China y Google.

Jiang Jun

«El modelo que actualmente tiene China no es sostenible y debe cambiar»

Director del Research Institute of Society and Strategy, es arquitecto, investigador, curador de exposiciones y editor de Urban China Magazine. Explora la relación entre el diseño y la sociedad.

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