Un taller mecánico sostiene a un albergue de migrantes en Metepec

Un taller mecánico sostiene a un albergue de migrantes en Metepec

En el albergue se pueden encontrar dos perfiles de migrantes, explica Lucía: Quienes se van a Estados Unidos, y quienes se quedan en México. “Hay quienes solo descansan para recobrar fuerzas, alimentarse, dormir bien y seguir su camino, que puede ser en tren o autobús, rumbo a Monterrey o Tijuana. Y los que se quedan a esperar el trámite o permiso, una visa que les permita estar dentro y moverse dentro del Estado de México”. Sin embargo, en muchos casos la espera se prolonga hasta por meses, y el resultado puede ser negativo incluso para mujeres con hijas e hijos.

Entonces llega el momento para ponerse a pensar qué hacer. “El albergue funciona como un lugar para pensar, para contener, para saber hacia dónde se quieren ir, o si se quieren quedar, para replantear sus planes de acuerdo con las dinámicas que van estableciendo con las políticas migratorias de México y Estados Unidos”, detalla Ortiz.

Un taller mecánico sostiene a un albergue de migrantes en Metepec

“En este albergue tenemos el caso de una chica con su hija que tiene mes y medio en el albergue, su esposo apenas la pudo alcanzar en otra caravana. Ahorita están descansando y pensando qué van a hacer. Ellos son de Honduras, llegaron a Chiapas y allí estuvieron un tiempo trabajando, continuaron su camino hacia México, aún no saben si van hacia Monterrey o Tijuana, aún no lo tienen claro. Los migrantes van tomando decisiones sobre el camino. Esta idea de que tienen un plan establecido no es algo que yo vea”, comparte Lucía Ortiz .

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