La Alta Costura de Fendi y los vestidos homenaje a Roma que recuerdan que la moda también es arte

La colección de costura de primavera-verano 2022 de Kim Jones para la casa ha sido un homenaje a la Roma clásica (pasada por el filtro de la ciencia ficción)

Nunca se dirá bastante alto: la moda es cultura. La moda es arte. Pese a quien le pese. No parece Kim Jones se resista a esa idea: en su colección de Fendi Alta Costura primavera-verano 2022 ha fusionado, una vez más, estos conceptos no siempre bien recibidos. Así, ha plasmado de manera figurada y literal una reivindicación que siempre es necesaria. ¿El modo más rápido de verlo? En los vestidos con esculturas romanas que, además, ejemplifican a la perfección la inspiración de la propuesta.

"Cuando paseas por las calles de Roma, estás viajando constantemente en el tiempo", explica Kim Jones. "La zona en la que trabajamos es muy moderna, pero cuando vienes de camino, te encuentras con monumentos a tu paso. Hay un sentido atemporal en esta ciudad: un pulso histórico que la recorre y que se combina con un empuje hacia el futuro". Por eso, las imágenes de algunas de esas esculturas redondeadas que se encuentran fuera del Palazzo della Civiltà italiana se han pintado a mano sobre vestidos de terciopelo empleando la técnica del claroscuro... pero esos vestidos son tan cortos como mandan las tendencias de la temporada.

Esa alusión directa a la unión de moda y arte sigue desarrollándose bajo la narrativa de una Roma futurista y antigua a partes iguales; una ciudad en la que los arcos de medio punto se vacían y deconstruyen. Ese ha sido el telón de fondo por el que han descendido esas "emperatrices" que, en ocasiones, se confundían con deidades, sobre todo cuando las sombras las envolvían y los tejidos fotografiados y deformados que se han estampado sobre seda duchesse y organza se transforman en colas monumentales que se imaginan susurrantes a su paso. Como los ropajes eclesiásticos.

"Roma tiene una cierta espiritualidad como ciudad", señala Jones. "No ligada única y necesariamente a la religión, es algo que está presente en las capas que componen su historia". Por eso, los guiños a la vestimenta ceremonial católica se toman como naturales, como sucede con los vestidos de hombros armados, cuellos subidos y patrón rectilíneo: podrían enmarcarse en el Vaticano, pero también en una cinta hiperestética de ciencia ficción.

Los tejidos brillan gracias a bordados a mano, pero también a las microlentejuelas que se bordan sobre el cuero termoconformado, o gracias a las perlas, que recuerdan a los relieves Corintios que se desentierran como ruinas arqueológicas de incalculable valor. Puede verse especialmente bien en dos vestidos similares: uno blanco y otro rojo. La elección de colores, tampoco parece casual.

Además de las referencias a la religión, también se encuentran coqueteos con las armaduras de guerra, elaboradas con piel de cordero y cuero, prendas bien armadas y ciertas reminiscencias a las túnicas romanas (muy estilizadas, por supuesto). Como sostiene Jones, su visión de Fendi trata de "rendir homenaje al poder de la mujer". Y a veces, para conseguirlo, hay que acercarse a códigos conocidos: así el mensaje llega mejor.

Aunque las referencias al misterio de Roma y a toda la riqueza cultural que la envuelve pueda no ser nueva (al fin y al cabo, es inspiradora por derecho propio), sí refresca ver cierto aire distópico y celestial en el conjunto; como si la civilización hubiese llegado a su fin y quienes quedasen fuesen esas semidiosas que examinan los restos con, quién sabe, el objetivo de reconstruirlos. De hacer un mundo un poco más bello. Como, por qué no, una de las misiones que tiene la Alta Costura.