Alquilar la ropa, el fenómeno que se abre paso en España. ¿Sostenibilidad o postureo?

Alquilar la ropa, el fenómeno que se abre paso en España. ¿Sostenibilidad o postureo?

El 3 de octubre pasado, Begoña Villacís, vicealcaldesa de Madrid, asistió a la entrega de los Premios Platino con un vestido negro largo y escote halter blanco. No era suyo. Lo había alquilado en lamasmona.com por 69 euros.

Lo mismo hizo I.A., de 22 años, para su puesta de largo cuando cumplió los 18. Una práctica a la que se han sumado sus dos hermanas y su madre. "Últimamente recurrimos mucho al alquiler sobre todo cuando vamos de invitadas a una boda o a una fiesta. Por unos 100 o 120 euros tenemos un look completo. Conozco a mucha gente que lo hace".

UNA PRÁCTICA QUE EMPIEZA A CUAJAR

Se trata de una (casi) nueva forma de consumir moda muy acorde con los tiempos que vivimos, en los que la sostenibilidad por un lado y el postureo por otro, que incita a tener mucho y no repetir look en las redes sociales sobre todo, llevan a comprar menos y a lucir más.

Y es que según un estudio de ThredUp, utilizamos el 40% de las prendas que tenemos en el armario, y tres de cada cuatro piezas de nuestra propiedad no las hemos usado el último año ni una sola vez. Esto, unido a que la moda es el segundo sector más contaminante, ha hecho que muchos consumidores empiecen a plantearse posibilidades diferentes al 'comprar, usar y tirar'.

Según Luis Lara, profesor de Internacionalización del ISEM, "la pandemia ha aumentado la tendencia hacia la sostenibilidad. Y ello supone que bajen las barreras hacia fenómenos como el alquiler, que permite hacer un uso más eficiente de los recursos personales como el dinero y el espacio en casa. Además, brinda la oportunidad de tener acceso a ciertos productos que de otro modo no se podrían pagar".

LOS COMIENZOS

Todo empezó en Estados Unidos, con la plataforma pionera en alquiler de ropa Rent The Runway, fundada en 2009 por Jennifer Hyman y Jennifer Fleiss, ambas procedentes de la escuela de negocios de la Universidad de Harvard. Esta compañía ofrece ropa de más de 700 diseñadores en un amplio espectro de tallas y, aunque empezó especializada en trajes para eventos, ahora también se puede alquilar en ella ropa del día a día, para niños, decoración de la casa, accesorios, joyería y bolsos.

Cuatro años más tarde, en 2013, Polo Villaamil fundó en España lamasmona.com con un objetivo: "Ofrecer una manera de consumir moda más responsable y sostenible". Comenzó como plataforma online pero un año más tarde abrió su primera tienda física en Madrid porque, según el también CEO de la empresa, "la prueba es muy importante".

Lamasmona.com se expandió rápidamente con tiendas en Valencia, Málaga, Zaragoza, Murcia y Bilbao, y antes de que empezara la pandemia su facturación se acercaba al millón de euros. Ahora el negocio se va recuperando tras el parón y observan claramente una tendencia al alza en esta forma de consumir moda.

EL PROCEDIMIENTO

El alquiler puede hacerse de dos maneras: o bien según un modelo de suscripción -69 euros al mes por dos prendas o 35 por una- o bien de forma esporádica. Por un vestido largo se pagan desde 69 euros hasta 159, dependiendo del diseñador. Cada traje, una vez utilizado, pasa por su propia lavandería, en la que usan un detergente ecológico, y puede alquilarse hasta siete veces.

Villaamil es un convencido del cuidado del medioambiente: "El verdadero ahorro y el impacto se produce cuando siete clientas llevan el mismo vestido". Clientas en su mayoría entre 30 y 60 años, que "ya han comprado mucho pero ven que usan este tipo de trajes muy poco. A las jóvenes les hace más ilusión adquirirlos".

UN ARMARIO COMPARTIDO

En Borow, tienda de alquiler de ropa de fiesta abierta en Madrid en mayo pasado, sus clientas nicho tienen entre 30 y 45 años, aunque también atienden a chicas de 18 que buscan un traje largo para su graduación o su puesta de largo, y a madrinas de 60 "de mentalidad muy abierta", como recalca Eva Chen, fundadora del negocio con su hermana Joanna.

Esta plataforma online con tienda física -"da más credibilidad y la gente se siente mejor atendida", explica Eva- nació con la idea de ser "un armario compartido" entre las usuarias, como hacían Eva y Joanna con los suyos. En Borow manejan precios que oscilan entre los 56 euros y los 280 -"en torno al 20% de su precio de compra", señala Eva-, con tallas desde la XS hasta la XL.

Según las hermanas Chen, las ventajas de esta forma de consumo son por un lado "que sale mucho más rentable que comprar para llevar una o dos veces, y la sostenibilidad", y por otro que "no hace falta poseer la prenda para disfrutarla, y así no se repite en las fotos para las redes sociales".

En el mismo sentido se pronuncia Luis Lara cuando relaciona el alquiler de ropa con la compra de prendas de segunda mano, ambas prácticas enmarcadas en la tendencia a la sostenibilidad: "Mientras que en la segunda mano el determinante de la compra es el binomio sostenibilidad-bajo precio, en el alquiler es sostenibilidad-posibilidad de cambios de looks sin tener que comprar".

¿TENDENCIA AL ALZA?

¿El futuro de estas iniciativas en España? Lara dice que "EEUU es el mercado de alquiler de moda online más grande del mundo (se estimaba que era el 40% del mercado mundial en 2018), seguido de Europa (con un 27%), especialmente en países como Francia, Italia y Reino Unido, debido a su alto poder adquisitivo y a la existencia de consumidores preocupados por el impacto medioambiental de la moda".

"Donde más conciencia haya hacia la sostenibilidad y la economía colaborativa", concluye, "es donde más avanzará. En España este modelo ha tardado en entrar porque nuestra mentalidad era reacia a alquilar o comprar ropa usada. Mi opinión es que el alquiler crecerá pero siempre estará varios pasos por detrás, en crecimiento y cuota de mercado, del mercado de segunda mano".


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