Las comunidades prescindirán de la mayoría de los 35.000 profesores de refuerzo cuando pase la crisis sanitaria
La comunidad educativa, que ha visto este curso cómo en muchas clases se materializaba su reivindicación histórica de reducir las ratios, no quiere que se dé marcha atrás. “Llevar las plantillas a su magra expresión de antes de la pandemia no es el camino”, dice Francisco García, secretario de Enseñanza de CC OO. “Primero porque en septiembre la situación sanitaria no va a ser de normalidad. Y después porque durante el Gobierno del PP hubo muchos recortes, y ahora los centros están viviendo una mayor holgura que permite atender mejor al alumnado”, añade. Enrique Jabares, presidente de la asociación de directores de colegios públicos de infantil y primaria de Andalucía, agrega que “el aumento del profesorado está dando buenos resultados educativos". "Volver atrás sería perder una oportunidad”, continúa.
El epidemiólogo y pediatra Quique Bassat no cree que la situación sanitaria permita arrancar el curso con normalidad, pero tal vez para Navidad, vaticina, pueda alcanzarse algo parecido. “En septiembre podemos tener a buena parte de la población vacunada, no sé si con inmunidad de rebaño. Pero ni los jóvenes ni los adolescentes lo estarán, así que lo más probable es que haya que mantener algunas medidas, aunque tengamos una incidencia baja”, dice.
Una vez que los mayores de 12 estén vacunados ―el ensayo de Pfizer con adolescentes ha dado resultados preliminares muy prometedores―, Bassat cree que el escenario será muy favorable. De hecho, el médico considera que en ese momento podrá plantearse que todo el alumnado deje de llevar mascarilla, incluidos los estudiantes de primaria, que todavía no habrán sido inmunizados. Completar el escalón de la población en edad pediátrica (menores de 12) requerirá, al menos, unos meses más, prosigue Bassat, que espera en todo caso que todos estén inmunizados antes de que acabe el curso.
Los centros educativos podrían poner como condición para poder acceder a sus instalaciones el hecho de que los alumnos hayan sido inmunizados (cuando la vacuna ya esté disponible), añade el epidemiólogo. “Eso”, dice, “es lo que se hace ahora cuando hay un brote de sarampión”.
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