Las mil razones de Pilarín Bayés

Las mil razones de Pilarín Bayés

La ilustradora catalana Pilarín Bayés ha publicado su libro número 1.000, cifra redonda que usa también en el título. Mil motius per viure (La Galera) no es pero una biografía al uso. Habla de padres, madres, hermanos, hijos y nietos, eso sí, pero no de una forma convencional. Y lo hace en La Galera, la editorial que publicó también su primer libro y a la que durante años estuvo muy vinculada.

En una conversación amena y divertida, Pilarín Bayés habla de la vejez: "No soy muy sufridora, así que no me gustaría tener una vejez difícil. Ya veremos cómo será", y también de nietos, a los que dibujaba en sus libros cuando eran pequeños y después les instaba a encontrarse al modo de ¿dónde está Wally? Un día, uno de sus hijos le dijo sorprendido: "¡Hay madres que no dibujan!". Y es que la imagen que todo el mundo tiene de ella es siempre con algún dibujo entre manos.

Hablamos de su nuevo libro, que se presentará en el marco de la Setmana del Llibre en Català, de su trayectoria, de sus personajes, caracterizados siempre por unas mejillas sonrojadas que marcaron una época, de sus proyectos... Y este es el resultado.

- Deme un motivo para vivir

- La vida misma. El espíritu mental... Ver el mundo, desde una hormiga, como si un día tienes la ocasión de hacer un viaje e ir a la otra parte del mundo, por ejemplo, China. Estas cosas que vivimos, la comida que comemos, la merienda, la oportunidad de estudiar si son niños, la oportunidad de descubrir si te gusta más jugar a baloncesto o dibujar o hacer teatro. Ir haciendo este descubrimiento de la vida me parece que es uno de los primeros motivos para vivir.

- Casi 60 años ilustrando. ¿En algún momento ha querido tirar la toalla?

- La verdad es que no. Soy consciente de que puede venir en cualquier momento; en esta edad que tengo, en cualquier momento la naturaleza me puede decir "acaba ya" por muchas razones. Pero ocurrírseme a mí decir, mira, ahora acabaría ya, pues todavía no.

- ¿Dibuja cada día?

- De una manera o de otra sí.A veces se dibuja de una manera diferente, eso sí. Pero se puede decir que no hay casi ningún día que no dibuje.

- ¿Y qué es lo que la empuja a hacerlo?

Las mil razones de Pilarín Bayés

- Pues... no lo sé. Es casi un instinto. Es como una araña que teje la tela; te sale de dentro. Si tienes un encargo que hacer, lo haces, pero si no, también dibujas: para un niño que haya por allí, para alguien que te lo pide, para ti mismo... No sé parar mucho.

- ¿Hay alguna diferencia en ilustrar para niños o para adultos?

Una Setmana muy mediática

Òscar Dalmau, Dàmaris Gelabert, El Pot Petit, Martí Gironell… Son solo algunos de los nombres más mediáticos que este año estarán presentes en la Setmana del Llibre en Català, una cita con el mundo del libro en catalán que este año alcanza su 39 edición y que se celebra en el Moll de la Fusta de Barcelona hasta el próximo 19 de septiembre. El radiofónico Òscar Dalmau se entrena en la LIJ con La Bel i el Biel (Montena), una divertida historia de dos hermanos que se presenta hoy a las 19 horas. Dàmaris Gelabert y El Pot Petit presentan también libros (https://www.lasetmana.cat/), mientras que el periodista y escritor Martí Gironell presentará en formato Cuentacuentos Un talp al meu jardí (Estrella Polar).Otros libros que estos días se presentarán en público a través de la firma de sus autores o en Cuentacuentos son: El despertar de la granoteta (Kairós) de Eline Snel, Mira (Animallibres) de Tina Vallès i Mercè Galí (il•lustració), Etiquetes (Bindibooks) de Joan Turu, L’estrambòtic cas del llabre d’escoles (Cal·lígraf) de Dani Torrento Rastellera de colors (Babulinka Books) de Pep Molist, entre otros muchos.

Sí que la hay. Yo hago una colaboración desde hace muchos años con El 9 Nou, y siempre les digo: aquí llevo todas mis malas manías. He sido acusada muchas veces de dar a los niños una visión edulcorada del mundo, pero yo pienso que no. Intento hacer un mundo relativamente realista: hay gente que se lo pasa bien, gente que se lo pasa mal, sin embargo, el principio siempre es positivo. Porque pienso que a un niño no se le tiene que dar una visión pesimista de la vida. Ya se encontrará él con cosas que no funcionan, pero en principio, tienes que tratar de encontrar un mundo relativamente amable para enseñar a los niños, me parece a mí. Y cuando dibujas para un adulto no tienes esta preocupación, porque los adultos tienen la misma perspectiva que tú.

Por lo tanto, si en un momento estás rabiosa, enfadada, pues lo estas y si estás de mal humor, pues lo estas. Y pienso que eso con un niño no nos lo podemos permitir tanto. Bueno, yo no les querría hacer esta jugarreta a los niños.

- ¿De qué personaje está más orgullosa?

- He sido una dibujante de pocos personajes, pero los que me han hecho más conocida son Pau y Laia. Y sí que estoy muy orgullosa de ellos, porque muchos niños los han seguido y son bien normalitos: no tienen superpoderes, ni viven aventuras terroríficas... que es muy bonito en un momento dado ver superhéroes, pero yo pienso que la gracia se ver un poco de todo en la vida. Son niños normales, como los niños que los leen: a veces hacen algún disparate, a veces tienen algún problema...pero no se van a perseguir narcotraficantes. Siempre digo que la madre del Tintín debió sufrir mucho, pobre mujer, y que por eso no la dibujó nunca Hergé.

- ¿Qué leía usted de pequeña?

- De pequeña leí muchos TBO, el DDT, Roberto Alcázar y Pedrín, las Hazañas bélicas... que tenía una amiga que las llamaba las Hazañas Bélgicas, porque no entendíamos casi nada. Recuerdo que una vez una monja nos dijo, tratar de leer literatura también además del cómic, que va muy bien leer literatura. Y nosotras le decíamos: "¡Pero es que las Hazañas bélicas están tan bien escritas! ¡Son tan intelectuales! Porque para nosotras era la pera de la intelectualidat. No había muchas cosas para los niños. Yo soy hija del franquismo, para decirlo de alguna manera.

- ¿Había muchas mujeres en esta profesión cuando empezó?

- La ilustración ha sido una profesión curiosamente de origen bastante femenino. Se consideraban los dibujos para niños algo maternal, un poco de señoras. Fina Rius, Maria Rifà y yo, fuimos descubiertas por Marta Mata, y empezamos a trabajar en La Galera, donde muchas otras mujeres trabajaban en aquel momento.

- ¿Qué encontrará el lector en1.000 motivos para vivir?

- A mí me haría ilusión que la gente encontrara unos motivos, que son los míos, y que los pudiera contraponer o poner al lado de los suyos, para encontrar coincidencias o no. No es un libro que tengas que empezar por el principio y leértelo todo. Digo en el prólogo que me gustaría que fuera como el de Kempis (Tomás), que lo abrieras por la página que lo abrieras, te decía alguna cosa importantísima para tu vida. Yo no tengo tantas pretensiones, sin embargo. Ayudará a dar qué pensar si se compara con la vida de uno.

- ¿Y después, qué?

- Ahora ya estoy con el libro 1.003 y 1.004. De momento no me detengo, pero soy muy consciente de que cualquiera de estos libros puede ser el último, aunque no me muera. Claro que morirme también me puede pasar, y a mi edad tendía una cierta lógica.

- ¿Qué cree que es lo que más la define como ilustradora?

- Quizá el hecho de que soy capaz de poner en situación al lector. Los ilustradores siempre servimos a un texto. Ayudar a poner al lector en situación de una manera muy rápida, con un vistazo, sin revelar el final.

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