Familia se salvó de perderlo todo gracias a milagro de Navidad: la lotería

Familia se salvó de perderlo todo gracias a milagro de Navidad: la lotería

(De interés: Compró la lotería por insistencia de su esposa y ganó 2 millones de dólares).

El encierro

Al igual que en otros países, el Gobierno Nacional decretó el Aislamiento Nacional Obligatorio. Aunque fue duro, el pueblo colombiano se resguardó en sus hogares, tomaron importancia las videollamadas, las redes sociales y los juegos en línea. El tiempo ‘libre’ fue aprovechado por muchos para ejecutar sus 'hobbies' o aprender algo nuevo, pero con el tiempo todo fue más desgastante y algunos sectores de la economía empezaron a lanzar llamados de emergencia.Uno de los campos más afectados fue el comercio. Un viernes, María* y su esposo Pedro* cerraron su negocio de ropa en Bogotá con la esperanza de abrirlo el martes siguiente, pero ese día no llegó.(Encuentre también: El consejo para que los jóvenes ganen más dinero, según Warren Buffett).Al igual que otras familias, esta pareja de comerciantes no comprendía cómo había cambiado su vida tan repentinamente. Un día estaban trabajando en su local y al otro, encerrados en su casa junto a sus hijos, siendo testigos de un virus que amenazaba con hacerlos perder todo lo que habían construido hasta entonces.

'Dónde se saca y no se echa, se acaba la cosecha'. Este adagio popular es el mejor ejemplo de lo que le estaba pasando a la familia de María, pues, decreto tras decreto, la cuarentena se iba extendiendo y, de a poco, sus ahorros se desvanecían.Cuando las restricciones fueron un poco más flexibles volvieron a abrir su negocio, pero nada fue igual. Las ganancias que conseguían a duras penas les alcanzaban para el arriendo del local, así que decidieron cerrarlo.“Fue bastante difícil porque no tuvimos muchas ventas por esos días, los ingresos se redujeron en un 70 %. Fue bastante difícil. Para noviembre del año pasado nos tocó cerrar”, relató María a EL TIEMPO.(Puede leer: ¿Lo sabía? La probabilidad y la ciencia detrás de la lotería y el azar).

Una Navidad diferente

Tras terminar con el negocio que les había permitido vivir cómodamente en los últimos años, tuvieron que reducir sus gastos y decir no a uno que otro gusto que podían darse en otra época, entre ellos, a los placeres típicos de la Navidad. En esa oportunidad, fueron unas celebraciones austeras y, aunque a sus hijos no les falló el Niño Dios, la incertidumbre de lo que pasaría aparecía de cuando en cuando.

Los ingresos se redujeron en un 70 %

A pesar de todo, la magia de la época mantenía la esperanza de esta familia. María, quien es una mujer muy creyente, tenía fe en que todo sería mejor el año siguiente y que Jesús recién nacido tendría piedad de esta ‘humanidad agobiada y doliente’.Una tarde decidieron salir a comer, el dinero escaseaba, pero deseaban pasar un rato en familia. Camino al puesto de comidas rápidas se toparon con un punto de venta de juegos de azar. Entraron, de repente, sintieron un interés casi que hipnótico por dos billetes de lotería.(Le recomendamos: El hombre que se escapó 7 veces de la muerte y terminó ganando la lotería).

“La verdad, era la primera vez que comprábamos la lotería. Nosotros jugábamos chance y Baloto, pero loterías no comprábamos. En diciembre estábamos varados, pero fuimos a comer y entramos a hacer un Baloto, pero vimos los números y compramos la Extra”, recordó María con ilusión, la misma que ese día los llevó a apostarle a su suerte.

Con el agua al cuello

El 2021 llegó y para la familia de María no inició con nada diferente. Las consecuencias de un 2020 sin trabajo tocaban la puerta de su casa, poco a poco y mes a mes, los recibos de las deudas se acumulaban en su mesa de noche.(Le puede interesar: Soñó que ganaba la lotería, compró un boleto y obtuvo un millón de dólares).El colegio de sus tres hijos, los servicios públicos, las cuotas de la casa, los gastos del carro y las demás cuentas se apilaban en una montaña sin fin. La angustia de no saber de dónde sacar el dinero o si lo que conseguían les alcanzaría hasta el fin de mes se agudizaba.

Familia se salvó de perderlo todo gracias a milagro de Navidad: la lotería

¿Y la lotería? Los acompañó durante tres meses en su vehículo, luego fue a dar a una mesa. Las probabilidades de ganar alguno de los premios eran pocas y sus responsabilidades muchas. Además, eran tiempos tan difíciles que no tenían cabeza para pensar en un viejo billete de lotería.“Hubo un tiempo que lo cargamos en el carro, después un día lo guardé en el escritorio. Un día en junio los miramos, pero los volvimos a guardar”, confesó María.Ese mes decidieron montar un nuevo negocio, esta vez, un puesto de comidas rápidas. Bogotá atravesaba el tercer pico de la pandemia y registraba cifras récords de contagios, pero los restaurantes podían abrir, así que eso los impulsó a seguir adelante.(Además: Siete claves para hacer una fortuna desde cero).Las cosas parecían mejorar y esbozaba el arcoíris al final de la tormenta, no obstante las ganancias no eran las suficientes, después de pagar el arriendo, quedaban tan solo con 500.000 pesos para sobrevivir.“Nos empezó a ir bien, pero empezar es difícil y no nos daba para cubrir todos los gastos. Aquí en Colombia es difícil iniciar un negocio, pero nos empezó a ir mejor que con la ropa”, recordó la mujer.

Ya no siento el agua al cuello sino que nos estamos ahogando

En agosto, Pedro estaba desesperado, pese a la buena acogida que tuvo el puesto de comidas, no era suficiente para sostener su hogar. Así que decidió vender el carro mientras despegaba el nuevo negocio. Sin embargo, tuvo problemas con el banco y su salvación pareció naufragar.“Amor, yo ya no siento el agua al cuello sino que nos estamos ahogando”, le dijo pesaroso a María. Esa mañana, las palabras de su esposo fueron un baldado de agua fría para María, no por el carro, sino porque sentía el dolor de su esposo y lamentaba que estuviera perdiendo la esperanza.(Lea también: La regla de los 240 minutos que aplican los ricos para ser más ricos).“Amor, tú no te desesperes, no sé, yo siento en el corazón que Dios me dijo que ese negocio no lo deberíamos hacer. Pero no te desesperes. Si ha de darse, se dará”, respondió ella.Suspiró como exhalando la pesadumbre que llevaba dentro, tratando de alejar los pensamientos negativos que llegan a la mente cuando no parece existir una salida. Rogó al cielo que su esposo no perdiera la esperanza y pidió a Dios que no los abandonara.

El milagro

Recordó que tenía guardados varios boletos de juegos de azar, entre ellos las dos loterías de diciembre. Encendió el computador, fue a buscar los billetes y empezó a revisar uno por uno.

(Puede leer: Seis reglas de oro para ser rico, según un millonario).“Ese día nos habían llegado como cinco mensajes de cosas que teníamos que pagar y no teníamos el dinero. Me levanté deseando que tuviéramos aunque fuera un millón de pesos guardados en premios. Cuando yo estaba sentada revisando en el computador, mi esposo tenía que salir. Él se fue y yo seguí mirando”, rememoró María con emoción.Entrecerró los ojos para enfocar bien número, por número. Miraba la pantalla de su portátil y luego el billete de lotería, debió repetir esa acción por más de diez veces, pues quería asegurarse de que no tuviera una alucinación. En sus manos tenía la fracción ganadora.“Dios mío yo estoy soñando”, se repitió y volvió a repasar los números. Una vez segura de que era real, tomó su celular y llamó a su esposo.

El premio no nos volvió millonarios, pero nos dio mucha paz y tranquilidad económica

(Le sugerimos: Los 4 caminos para ‘salir de pobre’ y volverse millonario, según estudio).Pedro no lo pudo creer, pensó que era una broma de su esposa para subirle el ánimo. De hecho le siguió la corriente y, antes de colgarle, le dijo que averiguara dónde reclamar el dinero. Cuando María lo volvió a llamar y le dio la dirección, él cayó en cuenta de que era cierto: habían ganado la lotería.“Él llegó a la casa, nos fuimos para la Extra, pero seguíamos súper desconfiados. Pensábamos que nos dirían que se había vencido el plazo para reclamar el premio. No lo creímos hasta que nos desembolsaron el premio”, María se ríe de solo recordar cómo pasó todo.Tenían claro que debían utilizar el premio sabiamente, así que pagaron sus deudas –ya son dueños de su casa- e invirtieron en su negocio de comidas.

(En otras noticias: Los hábitos que le permitirán llegar a los 40 años con un excelente capital).“A nivel económico mejoraron las cosas porque reducimos mucho nuestros gastos mensuales al ya no tener esas deudas, o sea, ya pudimos como descansar y el negocio ha ido despegando mejor. El premio no nos volvió millonarios, pero nos dio mucha paz y tranquilidad económica”, reconoció María.

Estuvimos todo este año viviendo las duras y las maduras y con la plata guardada en el escritorio

Ocho meses estuvo el billete de la lotería Extra guardado, ocho meses de intranquilidad ante las obligaciones diarias. “Estuvimos todo este año viviendo las duras y las maduras y con la plata guardada en el escritorio”, recordó María.(Además: La única cosa que se necesita para ser feliz, según Harvard).Pero también mencionó que, pese a todo, siempre estuvo buscando el lado positivo y con la esperanza viva. Unos dirán que fue un golpe de suerte, otros lo llamarán destino, hay quienes pensarán que los astros se alinearon a su favor, pero para María la respuesta es sencilla: Dios escuchó sus plegarias, fue un milagro de Navidad del que solo fue consciente meses después.

“Sí, es inevitable uno tener deudas y no pensar en ellas, pero dormíamos tranquilos. Nosotros sabíamos que Dios tenía el control de todo y Él no nos iba a abandonar”, concluyó.De un día para otro la pandemia cambió su mundo y, de la misma forma, un año después, una lotería aparecía milagrosamente para volver a encaminarlos, para resolver los problemas económicos con los que venían cargando meses atrás. (Siga leyendo: Bill Gates y Steve Jobs: esta es la teoría que les habría dado el éxito).Ahora, no son millonarios, ni están en el ‘top’ de los colombianos más ricos, pero tienen la serenidad de no deberle nada a nadie.*Nombres modificados por seguridad de los protagonistas del artículo.

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